Thursday, 14 October 2010

Pero que es esto del Geocaching?


Un geocache no es otra cosa que un contenedor a prueba de agua, que puede ser un caño o frasco sellados herméticamente (muy común en cachés chicos), un tupperware o similar (más empleados en cachés medianos) y otros recipientes más grandes que sean apropiados para enterrar o esconder. Se han utilizado desde diminutas cajas metálicas de pastillas de menta hasta enormes cajas ignífugas para municiones.

Dentro del recipiente, el dueño del cache dispone, como mínimo, de un cuaderno, denominado en la jerga de los geocachers como “logbook” (libro de visitas) y los elementos indispensables para escribir en él, como un bolígrafo o un lápiz. Además del logbook, en casi todas las oportunidades, el dueño del cache deja varios “regalos” para los visitantes, los cuales pueden ser todo tipo de objetos divertidos o curiosos, como juguetes, golosinas, postales, fotografías, CD/DVD, pen drives o memorias flash con contenidos multimedia, útiles de escuela u oficina, prendedores, billetes, monedas, estampillas… en fin, casi cualquier cosa que al creador del cache le venga en gana. La cuestión es que cada uno de los que hallen el cache deben firmar el logbook, informando la fecha, su nombre o apodo, lugar de origen, y dejar un mensaje amistoso para el dueño. También pueden tomar algunos de estos objetos y llevarlos consigo, a cambio de dejar en el cache otros de similar valor. El valor económico de estos objetos, como notarán, suele ser bajo. Sin embargo, para los participantes de esta actividad, algunos de ellos pueden llegar a tener un precio mucho más importante que el monetario. Las cosas que se toman de un cache pueden pasar a ser de la propiedad de quien los encuentra, aunque la práctica más habitual es que sean dejadas en otro cache, a cambio de los objetos que se tomen de este último.

Una vez que se tiene preparado el cache con su contenido, se lo entierra u oculta en un lugar al aire libre, que sea agradable de visitar. Es común, en muchos casos, que se elijan zonas de interés geográfico, como montañas, lagos, bosques u otros parajes que el creador del cache considere imprescindible conocer y visitar. Luego de ocultado el cache, se procede a la publicación de la ubicación geográfica del mismo (o de pistas para dar con su paradero) en alguno de los foros y sitios web en los que se nuclea la comunidad de geocachers.

Es costumbre que, además de registrar la visita en el logbook, se reflejen en los foros y webs especializadas las visitas de cada geocacher a los caches que haya encontrado, la fecha y los “intercambios” de objetos realizados.

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